Canto Respirando

“Hago mías las faltas.Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.”

                                                           Gabriel Celaya.

 

 

I.

 

Canto respirando

y emerge

una forma extraña,

un relieve organismo,luces tibias.

 

Intento conciliar el sueño,

mendigo paz.

 

Sangran rosacruces,

llueve abajo,

se desparraman lágrimas

hacia la vagina cósmica

de entrañas limpias

y raíces amigas.

 

No habrá paz para los héroes,

el viento huracanado está incrustando traiciones,

y en las médulas arde continua la venganza.

 

El vértigo me atrapa:

Cae abajo.

Virgen de estrellas coronada meando,

licor de espanto primitivo que conforta

a mi piel y la nutre y la salva y la expulsa

del oasis disfraz de sombra.

 

Cae abajo.

El viento huracanado

con sus gélidos abrazos me hipnotiza.

Violación inevitable.

La llama es fe.

El fuego subyace

pero la espiral tromba por el callejón

[y se alza en el portal.

 

 

 

Me pido perdón por el susto de frío

y los zapatos usados

esperanzulado

en que amanezca.

 

 

 

Ahí estuvo el ermitaño

para encenderme los cigarros imposibles.

 

Temblar, tiritar,

los mismos hercios      infinitas ramas

para el impulso         retorno

expandiendo el cauce.

Sónica luz.

 

 

II.

 

Crepitan los cardos

arden los huesos

su propia sombra los atrapa.

 

Ángeles cazando almas.

Caen como rocío rayos cósmicos.

La danza de la hoguera los invoca.

 

¿Adónde huyeron al saltar de la espiral?

 

 

III.

 

Dame la mano y dime

si no vibra la atmósfera

si no existe una órbita

si caigo no cierres los ojos.

 

Esa bruja que hay detrás despavorida

se alimenta de mi vértigo.

No grites que implosiona.

 

Esta escena sin estrellas duerme.

 

 

 

 

 

 

 

IV.

 

La voz era un clúster

humeante y verde y perseguía

a mi conciencia alada con destellos.

 

El impulso de un héroe navega

siempre hacia arriba.

 

El espasmo del pájaro de sombra

marca el final de un abismo.

Libérame.