Debo quitarme los zapatos rojos, llagas que los pies del mundo no sienten. Vuelan con el espíritu perdido interminablemente a ningún sitio. No hay arriba ni abajo, que el misterio está en la tierra, aire, agua y fuego.
Humanos que olvidaron hacer fuego. Otros vendrán con rituales rojos, de qué galaxia aún es un misterio, poco importa si siempre se les siente desde cualquier tiempo que es el no-sitio, estrépito del eslabón perdido.
Nació el agua en paraíso perdido, nunca quiso apagar ningún fuego, cual portal lo cambia todo de sitio como los glóbulos verdes por rojos, agujeros negros, blancos que sienten noches blancas, días negros, misterio.
Me ayudó a resolver el gran misterio un fantasma que andaba tan perdido que en el alma se cuela del que siente que ha olvidado que una estrella es el fuego del que venimos en volcanes rojos y busca tal ausencia en otro sitio.
Fantasma mutando todo de sitio: Invisible amor, verdad y misterio que fue víctima desplazada al rojo, que sólo gana cuando lo has perdido si es que Circe te convirtió en fuego y ya sabemos lo que el fuego siente.
Ya vienen. El mundo entero les siente. Guárdame en el haz de la luz un sitio. Viajaremos a la raíz misma del misterio. ¡Enciende el aire, conjuro perdido! ¡Besa mi agua con tus labios rojos!
Labios rojos para aquel que se siente perdido en cada tiempo en cada sitio, misterio del espíritu del fuego.