EL VÉRTIGO DE LA ESFERA
Resbala el agua en mi frente de piedra
purificándola.
En lo profundo
la llama de amor viva.
¿Quién puede soñar acariciarme así?
Tiernamente hiriéndome…
Afuera la perpetua celeste,
despacio.
Una voz acrónica de ninfa
decorando el aire:
-Sólo se salvará
si se cristaliza,
esperando un solo golpe,
preciso como un armónico de rayo lunar.-
Cuando vuelvas a por mí
te admirarán miles de mares
con translúcidas estrellas.
Esas lágrimas me devolverán tu imagen.
El vaho en tus dedos
tocándote, tocándome.
Dejaré de ser el vértigo de la esfera.
Y detrás de tus ojos
el verdadero amanecer se desnuda.
No muy lejos
una flecha divina
aúlla.