DESDICHADO
Dulce soñar y congojarme
cuando estaba soñando que soñaba;
gozar con lo que me engañaba
si un poco más duraba el engañarme;
Dulce no estar en mí, que figurarme
podía cuanto bien yo deseaba;
placer, aunque me importunaba
que alguna vez llegaba a despertarme.
¡Oh sueño, cuánto más leve y sabroso
me fueras si vinieras tan pesado
que asentaras en mí con más reposo!
Durmiendo, en fin, fui bienaventurado;
y es justo en la mentira ser dichoso
quien siempre en la verdad fue desdichado.
Un nuevo amor un nuevo bien me ha dado,
ilustrándome el alma y el sentido,
que a Dios yo ya no pido
sino que me conserve en este estado.
A mi bien acrecienta el mal pasado,
tan sin temor estoy de lo que ha sido;
y en los venenos que he bebido,
mi fuerza y mi vivir se han mejorado.
Anduvo sobre mí gran pestilencia
hasta matar los pájaros volando
y casi cuando en vida fue criado;
este influjo cruel se fue pasando,
y así, de esta mortal, brava dolencia
con mas salud quedó lo que ha quedado.
VIENTO HURACANADO
Sostenidos y bemoles
flotando en mi sueño alterado.
Pero ¿Qué es eso que no me deja dormir?
Será este viento huracanado.
Huracanado.
Huracanado.
Despeinará mis ambiciones
mientras espero algún milagro.
Vendrá a invadir el hueco que has dejado tú
silbando, el viento huracanado.
Las sirenas ya no se dejan oír,
ya sus cantos amainaron.
Pero aún podríamos huir allí
si vuelve el viento huracanado.
Huracanado.
Huracanado.